La idea es
que, dos veces al año, cada uno “libere” uno de sus libros en algún rincón de la
ciudad para que otro lo encuentre, lo lea y al finalizar, elija dónde depositarlo para que otro lo lleve y así sucesivamente.
El lema dice así:
El lema dice así:
"Cuando termines de leerlo, dejalo libre nuevamente para que otros puedan disfrutarlo"
¿Dónde liberar libros?
En un árbol, un colectivo, el asiento del subte, una hamaca, la mesa de un bar, una cabina telefónica, en la góndola del supermercado, en el umbral de una casa o en la silla de un hospital.
Hoy, los alumnos de 7º fueron los responsables de buscar dónde esconder los libros dentro de la escuela, mientras el resto estudiaba en sus aulas. Durante el recreo, el patio se convirtió en la Aventura de la Búsqueda del Libro Libre.
¡Y los fueron descubriendo!
En medio de este clima de alegría y de sorpresas, Graciela, la auxiliar de la escuela, entró a la Biblioteca y me preguntó si también podía "engancharse" y "qué hacer si ella encontraba un libro".
Esta anécdota dio lugar a que desde la Biblioteca pensemos en liberar libros para adultos, también. ¡Qué lindo!
Publicado por Maestra Bibliotecaria Lucía María Natalino Turno Tarde.