viernes

"ESTRENANDO EL BLOG CON EL PRIMER CUENTO"

Sembrando el viento






Guillermo tomaba cada día el colectivo para ir a su trabajo, que distaba a unos cuarenta minutos, en las afueras de la ciudad. Una parada después subía una anciana y se sentaba del lado de la ventanilla. Durante todo el trayecto, la señora abría una bolsa e iba tirando algo hacia afuera. Siempre hacía lo mismo y un día, intrigado, Guillermo le preguntó:
- Señora ¿qué es lo que arroja por la ventanilla?
- ¡Son semillas! - exclamó la anciana
- ¿Semillas? ¿Semillas de qué?
- ¡De flores! Es que miro afuera y está todo ¡tan vacío! - respondió la mujer.
Guillermo, algo pesimista, respondió:
- Las semillas caen en el asfalto, y las aplastan los autos o se las comen los pájaros... Realmente Ud. cree que sus semillas germinarán en el borde del camino?
- Seguro que sí. Aunque algunas se pierdan, alguna caerá en alguna cuneta y, con el tiempo, brotará...
- Pero... ¡Tardarán en crecer, necesitan agua!
- Yo hago lo que puedo. Ya vendrán los días de lluvia.
Y la anciana siguió con lo que había decidido hacer.
Guillermo bajó del colectivo para ir a trabajar, pensando que la anciana había perdido un poco la cordura.
Llegó el invierno, y Guillermo dejó de verla...
Apenas iniciada la primavera, mientras viajaba camino al trabajo, Guillermo observó al mirar por la ventanilla, todo el camino lleno de flores. ¡Todo lo que veía era un paisaje alegre y lleno de colores! Entonces, recordó la imagen de la anciana. Hacía mucho tiempo que no la veía. Preguntó al conductor por la señora de las semillas. Y así supo que hacía meses estaba enferma, aquella mujer que viajaba ida y vuelta desde la ciudad, sembrando al viento.
Guillermo volvió a su asiento y continuó contemplando el paisaje en silencio.
Entonces pensó: "Las flores han brotado, pero ¿de qué le ha servido su trabajo? ¡No ha podido ver su obra!"
De repente, oyó la sonrisa de una niña que detrás suyo señalaba entusiasmada las flores.
- ¡Mirá papá! ¡Mirá cuántas flores!
"Dicen que Guillermo, desde aquél día, hace su viaje de su casa al trabajo, con una bolsa de semillas, rebosante y generosa, entre sus manos..."

Adaptación de la M. Bibliotecaria Lucía M. Natalino, del cuento de autor desconocido extraído del libro : "Cuentos para ser humano", Luis M. Benavides --Buenos Aires: SB, 2007

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