"EN LA BIBLIOTECA, LOS ALUMNOS DE TERCER GRADO PRODUCEN UN CUENTO COLECTIVO"
A partir del conocimiento de los Cuentos Tradicionales, la M. Bibliotecaria T. Mañana preguntó cuál es el cuento que recuerdan con más cariño. Nombraron varios. Entonces se les propuso la votación por medio de la mano en alto. Salió elegido por mayoría: Caperucita Roja.
La lectura anticipatoria de ellos indicaba que iríamos a contar el cuento tradicional. Fue entonces, cuando se les planteó la idea de inventar un cuento con una Caperucita que estuviera en otro lugar, con otra ropa y... haciendo aventuras.
Podría ser también un cuento de terror... ¡Esto les encantó!
Puesta en marcha la imaginación, el producto final fue el siguiente:
CAPERUCITA EN UN BARCO DE PIRATAS
Una tarde Caperucita Verde quería ver el río y fue al muelle. Había pescadores. Después oscureció porque el sol tenía sueño y se escapó.
Los pescadores con sus redes se fueron a sus casas.
Caperucita quedó sola.
De pronto, escuchó un ruido: ¡Uuuuuuuuuuuuh!
Era la sirena de un barco que venía.
Había niebla.
Sintió miedo. Tenía el cuerpo como piedra.
El barco se acercó. El pirata Barba Fea, con cicatrices, un parche en el ojo, un garfio y un loro en el hombro le gritó: ¡ARRRR! ¡ARRRR! ¡ARRRR!¡TE ATRAPÉ!
La arrastró con el anzuelo y la llevó al barco.
Caperucita vio muchos hombres con ropa vieja, medias con agujeros y zapatillas rotas.
Barba Fea la llevó al sótano del barco. Estaba todo oscuro... Había barriles de cerveza y de vino.
La dejó atada a una silla. Le sacó su celular. Puso en agenda y se fijó el número de sus padres. Llamó para pedir el rescate. Pidió mil millones de pesos por su vida.
Caperucita empezó a llorar y pedía que la salven.
Una rata subía por la pata de la silla. Mordió la soga y la desató.
Quiso escaparse.
De atrás de un barril salió un fantasma blanco con los brazos abiertos y los ojos rojos. Decía: ¡BUUU! ¡BUUU! ¡BUUU!
Atrás de él vinieron cinco muertos que decían: ¡CHSSS! ¡CHSSS! ¡CHSSS!
Caperucita se asustó y empezó a correr. Fue por las escaleras y chocó con un hombre bueno, La llevó donde había un bote para ponerla a salvo. Ella entró en el bote y le agradeció al pirata bueno.
Ya era de día. Los padres la estaban buscando... ¡Y la encontraron gracias al pirata que la salvó!
Colorín Colorado
A partir del conocimiento de los Cuentos Tradicionales, la M. Bibliotecaria T. Mañana preguntó cuál es el cuento que recuerdan con más cariño. Nombraron varios. Entonces se les propuso la votación por medio de la mano en alto. Salió elegido por mayoría: Caperucita Roja.
La lectura anticipatoria de ellos indicaba que iríamos a contar el cuento tradicional. Fue entonces, cuando se les planteó la idea de inventar un cuento con una Caperucita que estuviera en otro lugar, con otra ropa y... haciendo aventuras.
Podría ser también un cuento de terror... ¡Esto les encantó!
Puesta en marcha la imaginación, el producto final fue el siguiente:
CAPERUCITA EN UN BARCO DE PIRATAS
Una tarde Caperucita Verde quería ver el río y fue al muelle. Había pescadores. Después oscureció porque el sol tenía sueño y se escapó.
Los pescadores con sus redes se fueron a sus casas.
Caperucita quedó sola.
De pronto, escuchó un ruido: ¡Uuuuuuuuuuuuh!
Era la sirena de un barco que venía.
Había niebla.
Sintió miedo. Tenía el cuerpo como piedra.
El barco se acercó. El pirata Barba Fea, con cicatrices, un parche en el ojo, un garfio y un loro en el hombro le gritó: ¡ARRRR! ¡ARRRR! ¡ARRRR!¡TE ATRAPÉ!
La arrastró con el anzuelo y la llevó al barco.
Caperucita vio muchos hombres con ropa vieja, medias con agujeros y zapatillas rotas.
Barba Fea la llevó al sótano del barco. Estaba todo oscuro... Había barriles de cerveza y de vino.
La dejó atada a una silla. Le sacó su celular. Puso en agenda y se fijó el número de sus padres. Llamó para pedir el rescate. Pidió mil millones de pesos por su vida.
Caperucita empezó a llorar y pedía que la salven.
Una rata subía por la pata de la silla. Mordió la soga y la desató.
Quiso escaparse.
De atrás de un barril salió un fantasma blanco con los brazos abiertos y los ojos rojos. Decía: ¡BUUU! ¡BUUU! ¡BUUU!
Atrás de él vinieron cinco muertos que decían: ¡CHSSS! ¡CHSSS! ¡CHSSS!
Caperucita se asustó y empezó a correr. Fue por las escaleras y chocó con un hombre bueno, La llevó donde había un bote para ponerla a salvo. Ella entró en el bote y le agradeció al pirata bueno.
Ya era de día. Los padres la estaban buscando... ¡Y la encontraron gracias al pirata que la salvó!
Colorín Colorado
este cuento se ha terminado
Publicado por M. Bibliotecaria Lucía M. Natalino - T. Mañana
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