Los alumnos de 1º "A", al igual que los de 1º "B", hoy vieron, en diferentes horarios, junto a sus maestras Betina y Miriam, un video desde You Tube (Internet) de "Caperucita Roja" Parte I y parte II.
Luego conversamos sobre lo que les hizo sentir miedo, diversión, suspenso, enojo, tristeza y / o alegría.
A continuación la M. Bibliotecaria preguntó:
- "Si vieras a Caperucita Roja, ¿qué le dirías? ¿Qué le preguntarías?"
Y esbozaron distintos monosílabos, interjecciones, onomatopeyas y miradas expectantes...
De pronto, vieron aparecer asomándose muy lentamente, por detrás de la pantalla grande de la computadora de la Biblioteca, una caperuza roja, la cara, los hombros, los brazos, las manos (una de ellas con canasta y servilleta), el pecho de corsette azul, hasta que la alta pepona "Caperucita Roja", se sentó arriba de la computadora y movía su cabeza, sus brazos y pies, saludando a un lado y al otro, al estilo del siempre recordado "Chirolita".
- ¡Vino a visitarlos y a dialogar, un rato con ustedes! - agregó
Los chicos se alborotaban para contarle a la Niña de la Caperuza Roja, "la historia de sí misma", tal vez, por sentirse testigos vivientes ¡de tantas versiones entramadas!
La presencia de esta muñeca, de tamaño importante, íntegramente vestida al estilo de la legendaria niña del bosque, (ahora entre los niños de la ciudad), despertó todo tipo de "diálogos" entre cada alumno y "la visitante", mientras el grabador periodista registraba en cada casete:
- ¿Venís a mi casa a jugar a las muñecas?
- Caperucita, ¿venís a mi cumpleaños a comer torta, chizitos y papas fritas? Cumplo 7
- Caperucita: ¡sos muy linda!
- Te quiero mucho.
- ¿Me das un poquito de tu comida? (Y le miraba la cesta)
- ¿Venís a la plaza conmigo?
- ¡Sos hermosa!
- Te quiero cantar una canción de cuna para que te duermas.
-¿Vas a ser mi amiga? ¡Vas a venir a mi cumpleaños! Vamos a ir de shopping... (me mira y agrega) para comprar ropa a ella...
- Ella es coqueta...
- Cuando sea grande la voy a invitar a mi cumpleaños y la voy a visitar a la Caperucita Roja.
- Que vaya para mi casa para jugar con ella a la mancha...
- Quiero darle un beso...
La abrazaban... le daban besitos... le tocaban su flequillo...
¡Exteriorizaron verbal y gestualmente, nenas y nenes, tantas hermosas expresiones de ternura!
Reflexión final: Quizá correspondería preguntarnos si los adultos (docentes y familias), estamos, en verdad, comprometiéndonos a construir un mundo a la altura de la capacidad afectiva que sabe dar, enseñarnos y manifestar con tanta autenticidad, cada alumno, en su lenguaje particular.
Publicado por M. Bibliotecaria Lucía M. Natalino
